jueves, 14 de agosto de 2014

Almas que penan en el Perú (El Taxista)

Cierto día por las calles de independencia, un joven taxista, como todos los días, recorre las calles. Entonces se encuentra con una bella joven, el taxista se le acerca y le dice: Señorita le hago una carrera. La joven le pregunta: Cuanto puede cobrarme hasta Barrios Altos, el taxista le dice, a usted, solamente le voy a cobrar cinco soles, la bella joven al escuchar que el precio es cómodo, acepta tomar el taxi. Así, en el trayecto, el taxista entabla conversan, y después de una hora y media, llega cerca al cementerio. El taxista medio sorprendido bajo del taxi y toco la puerta de su casa, llamo a su abuelita Serena e igualmente se acerco a la bella dama, y pregunto si podrían verse otro día, ella le respondió que si, el taxista contento se alejo. Al volver al día siguiente para la cita esperada,se acerca a la casa y toca, pero el taxista ve que todo era raro, desolado.

En ese momento se dio valor, se acerco por la ventana, miro hacia adentro y se llevo una gran sorpresa: la casa donde había dejado a la bella joven estaba deshabitada. Es ese momento volteo y vio a una niña, la llamo y le pregunto diciendo:"Niña, tu vives en esta casa". La niña respondió que si,el dijo si podía llamar a su mama; sin embrago, llamo a  su abuelita, quien salio a conversar con el taxista. Después de una hora de conversación, la anciana lo llevo de frente al cementerio, para enseñarle la lapida de la joven difunta, que murió en un accidente automovilístico. El era la tercera persona que había visto a la joven difunta.

Sin mas que decir, asombrado y mudo, el taxista se retiro tristemente, por la ingrata sorpresa de no haber encontrado a la joven deseada.


  


En Antología de cuentos populares II. Pascacio Morales Moreno.Lima,Editorial San Marcos,2003,p.142.



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